Desafío de Sostenibilidad del Chocolate
Texto: Jeff King
Copyright: Project Syndicate, 2018.
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HERSHEY, PENSILVANIA – En las décadas de 1970 y 1980, cuando las empresas multinacionales comenzaron a vincular la sostenibilidad con el éxito comercial, el principal catalizador era la vulnerabilidad y no el altruismo. La presión de los consumidores, los boicots políticos y las costosas demandas judiciales estaban afectando los resultados finales de las compañías, y las políticas ambientales les ayudaban a blindarse de la mala publicidad y proteger a los accionistas de dolorosas pérdidas.
Hoy la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa ya no se originan en el miedo. En lugar de ello, la sostenibilidad se ve simplemente como una necesidad para el futuro. Esto es particularmente cierto en el caso de sectores que dependen de la agricultura, como el chocolatero.
En momentos en que el consumo de chocolate se acerca a récords históricos, las compañías chocolateras como en la que trabajo deberían felicitarse. Todo lo contrario: nos enfrentamos a un desafío inminente. A menos que podamos ayudar a producir cosechas de cacao más sostenibles, puede que llegue el día en que el mundo deba buscarse otra golosina favorita.
El árbol de cacao crece en una pequeña franja de países a lo largo del ecuador, donde el clima es caliente y húmedo. Apenas dos países (Costa de Marfil y Ghana) producen la abrumadora mayoría del chocolate que comen los estadounidenses. El cacao de África occidental es un ingrediente importante del sabor único de Hershey, pero en esa región los árboles de cacao están envejeciendo y volviéndose menos productivos.
En el pasado, cuando los agricultores del cacao se enfrentaban a este problema, simplemente talaban bosques y volvían a empezar. Pero hoy es un enfoque ambiental y socialmente inaceptable. La única solución sostenible es plantar nuevos árboles de cacao en las tierras que ya se usan para ese fin. Lamentablemente, el crecimiento demográfico, la urbanización y la debilidad de los derechos de propiedad están acentuando la demanda de tierras, lo que socava la capacidad de muchos agricultores de invertir en sus propiedades y volver a plantar en ellas. Como resultado, la rehabilitación de las tierras no ocurre a la escala o al ritmo que compañías como la mía necesitan si hemos de satisfacer la demanda de manera sostenible en el futuro.
La escala del desafío que enfrentamos es significativa. Para satisfacer la demanda anual de 7,2 millones de toneladas métricas de chocolate, las multinacionales como Hershey dependen de millones de agricultores del cacao, en que cada uno cultiva un pequeñísimo terreno que suele ser de 1 a 2 hectáreas. Nuestras complejas cadenas de suministro llegan a algunos de los rincones más remotos del mundo. Para mantener el flujo de chocolates, necesitamos nuevos enfoques para ayudar a esos agricultores a cultivar el cacao de manera sostenible.
Si en el sector del cacao manejamos bien el reto al que nos enfrentamos, podemos ayudar a crear una manera sostenible de obtener otros productos agrícolas. Eso nos ha motivado a participar en la nueva asociación de Hershey con la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y ECOM, el mayor proveedor de cacao de Ghana. El año pasado, lanzamos un pequeño programa piloto para apoyar a los pequeños agricultores a aumentar la producción de cacao, eliminar la deforestación y elevar la resiliencia. En particular, la iniciativa está diseñada para dar respuesta a los retos de todo agricultor de África occidental: la propiedad de la tierra y la financiación.
Según la Comisión de Tierras de Ghana, menos del 2% de los 800.000 agricultores del cacao del país tienen derechos legales a las tierras que cultivan. En su lugar, a menudo logran acceso a la propiedad a través de acuerdos informales con un jefe o terrateniente. Tradicionalmente, estos acuerdos verbales les han permitir talar bosques y comenzar a cultivar.
Pero una vez que los árboles del cacao dejan de producir después de los 30 años aproximadamente (o antes si les afecta alguna enfermedad), los agricultores deben obtener el permiso del propietario original para volver a plantar. En momentos en que la demanda de tierras está en sus máximos históricos, los jefes y terratenientes rechazan cada vez más estas peticiones, lo que deja a los agricultores ante dos opciones, ninguna de ellas buena: despejar bosques vírgenes y volver a comenzar o abandonar el negocio por completo.
La colaboración con USAID y ECOM apunta a responder a este problema eliminando algunos de los obstáculos para volver a plantar. ECOM ha creado un innovador modelo de financiación que ayuda a los agricultores a quitar árboles viejos o enfermos para replantar con híbridos más resistentes y productivos. Asimismo, se están plantando árboles de sombra, maíz y bananos para ayudar a diversificar ingresos y elevar la productividad. La ECOM administra estas tierras durante tres años, devolviendo una proporción de las utilidades a los agricultores hasta recuperar los costes iniciales.
Al mismo tiempo, USAID mapea las tierras de cultivo de cacao y documenta sus derechos consuetudinarios a ellas. Los jefes locales certifican los mapas, con lo que se mejora la seguridad de la tenencia de los agricultores. También se capacita a los jefes en temas de mediación, como ayuda para apoyar las demandas de tierras de los agricultores.
Puesto que este enfoque afronta un problema que por largo tiempo se ha visto como demasiado complejo, podría convertirse en un modelo para el futuro. A medida que el crecimiento demográfico eleva la demanda y reduce las tierras disponibles, pronto las compañías deberán integrar la sostenibilidad a sus operaciones. Tendrán que ponerse manos a la obra y ayudar a reducir los persistentes retos locales, como los derechos de propiedad, que impiden el desarrollo económico y el buen estado a largo plazo de las cadenas de suministro internacionales.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
Copyright: Project Syndicate, 2018.
AUTOR, Jeff King es Director Sénior de Sostenibilidad, Responsabilidad Social Corporativa e Innovación Social de The Hershey Company.