PARÍS
¡BIEN VALE UNA MISA!
Texto y fotografía: Ruse Martín Galano
¿Quiere saber qué tienen en común Pablo Picasso, Salvador Dalí, Vincent Van Gogh, Pierre-Auguste Renoir, y Edouard Manet? ¿Sabe quién dijo “París bien vale una misa”? ¿Se imagina subir a la Torre Eiffel y tener a Paris a sus pies? ¿Quiere ir de shopping a Galeries Lafayette y pasear por Les Champs-Elysées?
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La mejor manera de hacer un recorrido por París, cuando vas por primera vez, es a través de los autobuses turísticos que se trasladan por varias rutas y paran en cada punto importante. Yo suelo hacer uso de estos autobuses de turismo, por uno o dos días, para conocer la zona y luego, me voy por mi cuenta a visitar los lugares que más me interesen o me llamen la atención, para conocerlos sin prisa y cómodamente.
París, emblemática metrópoli histórica y vanguardista, lugar donde convergen prestigiosas obras artísticas, monumentos, lugares y personalidades famosas, ha marcado un precedente de gran relevancia en el ayer y en el hoy de la humanidad. Estar en la ciudad de las luces es vivir una emoción diferente minuto a minuto: navegar por el Río Sena y admirar las monumentales edificaciones y puentes de la época. Envolverse en el plácido y sereno ambiente de Notre-Dame, pasear por los jardines de Versalles, caminar por los Campos Elíseos (Champs-Élysées) y por el majestuoso puente de Alejandro III (Pont Alexandre III). Pararse frente al insigne y colosal, Arco de Triunfo y frente a la imponente y célebre, Torre Eiffel. Llegar a Montmartre, y subir las escalitas de la colina que lleva hacia la esplendorosa Iglesia del Sagrado Corazón. Disfrutar de una movida noche en el prestigioso Moulin Rouge. Recorrer el nuevo distrito financiero al oeste de la ciudad, donde la innovadora y bizarra arquitectura se impone. A continuación les mostramos una breve guía de algunos de los lugares más destacados de la ciudad de París, que el equipo de Private Wall visitó.
Museos du Louvre y d’Orsay
En el centro del Museo du Louvre, se levantan tres pirámides de cristal, transparentes. Por la más grande se entra al museo y se baja por una escalera helicoidal que conduce al gran Hall Napoleón. Este es el punto de partida a los cuatro niveles y tres alas diferenciadas por regiones y departamentos, que conforman el museo y donde se encuentran exhibidas más de 350 piezas de incalculable valor, distribuidas por colecciones que se fueron reuniendo desde el 5000 a.C., a 1848 d.C: la Venus de Milo (siglo II a.C.), la Gioconda o la Mona Lisa (1503-1506), de Leonardo da Vinci, las joyas de los Reyes de Francia, antigüedades egipcias, griegas y orientales; pinturas de diferentes corrientes y artistas, entre otros. El museo es inmenso y tiene que ser visitado por más de un día.
El Museo d’Orsay , ubicado en la orilla izquierda del río Sena, alberga una excepcional selección de obras de medio siglo de arte que va desde el segundo Imperio de Napoleón III, a los albores del cubismo. En 45 mil metros cuadrados, se exponen unas 4 mil obras, entre pinturas, esculturas, dibujos y muebles.
Torre Eiffel / Arco de Triunfo
Símbolo de París la Torre Eiffel, una imponente estructura de hierro de 320 metros de altura. Un liviano entrecruzado de 15 mil piezas soldadas entre sí, cuyo peso es de 7 mil toneladas, tiene tres plantas: la primera de 57 metros, la segunda de 115 y la tercera de 274 metros. En cada nivel hay bares, restaurantes y miradores. Construida en 1889, en tiempos de revolución industrial y de progreso, cuando se buscaba adaptar todo arte al nuevo curso de vida, esta descomunal torre fue concebida por el ingeniero civil, Gustave Eiffel. Nosotros subimos hasta el segundo nivel por las escaleras para admirar, peldaño a peldaño, el trabajo admirable y fastuoso de este genio innato. La vista desde arriba es de 360 grados a París; es asombrosa.
El Arco de Triunfo, una simbólica y pesada estructura de 50 metros de alto por 45 de ancho, construida en tiempos de Napoleón (1806-1836). Lo más resaltante de esta excepcional obra, son sus representativos bajorrelieves que simbolizan las victorias de Napoleón y sus grandes batallas. El más conocido y más hermoso es el de la derecha ubicada hacia los Campos Elíseos, que representa la partida de los voluntarios (1792), conocida como “La Marseillaise”.
Catedral Notre-Dame
Ubicada en la mayor de las Islas del Sena (île de la Cité), se encuentra la gloriosa Catedral Notre-Dame, cuya construcción se inició desde 1163 hasta 1864 cuando se le hizo la última restauración. Es tan fastuosa que al llegar uno queda paralizado observando su fachada occidental. Los minutos pasaban y todavía permanecíamos allí parados apreciando esa invalorable obra. Nos imaginábamos a Quasimodo, de la conocida novela, El Jorobado de Notre-Dame, del escritor Víctor Hugo (1831), subiendo por los 387 escalones de las torres de 69 metros de alto, y por el campanario.
Entramos por uno de los tres pórticos perfectamente esculpidos con escenas de la Biblia, que representan la vida de la virgen de Santa Ana y el Juicio Final. Dentro, la sensación es indescriptible. Todo lo que nuestros ojos captaban y nuestro ser percibía en ese momento, se traducía en una incontenible euforia. Estábamos en el mismo lugar donde la historia, a través de siglos, ha ido escribiendo sus capítulos: la coronación de Napoleón (1804), el juicio póstumo a Juana de Arco (1455), la boda de Enrique IV (1589), primer Borbón rey de Francia, quien convirtiéndose al catolicismo declaró, “París bien vale una misa”.
Admiramos los tres inmensos rosetones (siglo XIII), la estatua de la Virgen y el Niño, conocida como Nuestra Señora de París (siglo XIV), las 37 capillas dispuestas en los laterales, la nave central de 35 metros de altura y la Pietá de Coustou dispuesta tras el altar mayor.
Campos Elíseos / Montmartre
La avenida más famosa de París, Champs-Élysées. Está flanqueada por una zona de parques y por una zona comercial, donde se encuentran finos restaurantes y las casas de moda más importantes. Cerca se encuentra la residencia del presidente de la República, embajadas y hoteles 5 estrellas. Se extiende desde la Place de la Concorde a la Place Charles de Gaulle. Al recorrer esta amplia vía se observan el Grand y el Petit Palais, el Pont Alexandre III y al final se divisa el Arco de Triunfo. Montmartre , es la zona más alta de la ciudad. Le llaman el barrio bohemio pues desde finales del siglo XIX hasta el siglo XX vivieron famosos artistas y pintores de todo el mundo como Pablo Picasso (1881-1973), Salvador Dalí (1904-1989), Vincent Van Gogh (1853-1890), Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), Edouard Manet (1823-1883), entre otros. Todavía hoy se encuentran artistas que pintan en las calles.
Atravesando callejuelas, placitas y terrazas llegamos a las escalinatas que llevan hacia la Iglesia del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur), construida para honrar la memoria de los 58 mil soldados fallecidos en la guerra franco-pursiana (1870-1871). Esta obra mezcla de estilos románico y bizantino fue terminada en 1923, luego de 46 años de construcción.
Saint-Germain / Barrio Latino
Caminando por la orilla izquierda del Sena nos topamos con una serie de pequeños kioskos y ventas de cuadros y dibujos artísticos sobre la ciudad de París, así como souvenirs. Estábamos en el barrio de Saint-Germain, una de las zonas más animadas de París. Por allí cerca se encuentra el Quartier Latin (Barrio Latino), centro de la vida académica de la ciudad durante más de 700 años. En esta zona se encuentran librerías, cafés y clubes de jazz.
Galeries Lafayette / Moulin Rouge
La ciudad de París está rodeada de pequeñas tiendas y grandes establecimientos por departamentos. Entramos a las famosas Galeries Lafayette y apreciamos el fastuoso lugar. Tiene varios niveles y una inmensa cúpula de hierro y acero que impresiona.
Y para cerrar con broche de oro, nos fuimos al Moulin Rouge (1889), el cabaré más famoso de la belle époque de París. Lugar donde nació el “atrevido” baile Can-Can.
Ruse Martín Galano
rusemartin@gmail.com
Fotografía: Y2K Comunications, C.A.
Y2kcommunications@cantv.net