NARCISISTAS
PELIGROS DEL AMOR PROPIO EXCESIVO
Texto: Nikhila Mahadevan – The Conversation
Imágenes: Cortesía Google Images
Es probable que usted haya conocido a un narcisista. Alguien que se cree mejor que los demás, domina la conversación y le encanta ser el centro de atención. Pero los científicos se están dando cuenta de que no todos los narcisistas son iguales: algunos son, de hecho, extremadamente inseguros.
En nuestro nuevo artículo, publicado en Personality and Social Psychology Bulletin, describimos los distintos tipos y lo que los motiva.
En la mitología griega clásica, el cazador Narciso era hijo del dios del río Cefiso y de la ninfa Liríope. Era conocido por su excepcional belleza y físico. Un día, cuando Narciso paseaba por el bosque, la bella ninfa Eco lo vio y se enamoró de él. Sin embargo, él rechazó su afecto, dejándola con el corazón roto.
Como castigo, Némesis, la diosa de la venganza, lo atrajo a un estanque de agua donde se encontró con su propio reflejo por primera vez. Narciso se enamoró de su reflejo y, al darse cuenta de que su amor no era recíproco, se consumió hasta la muerte.
El mito de Narciso nos advierte de los peligros del amor propio excesivo, del ensimismamiento y de la falta de empatía con los demás. Ha tenido una profunda influencia en la cultura, el arte y la literatura occidentales.
El narcisismo también es un tema popular en la psicología. El médico inglés Havelock Ellis identificó por primera vez el narcisismo como un trastorno mental a finales del siglo XIX. Sigmund Freud consideraba que el narcisismo era una parte normal del desarrollo del niño, pero argumentaba que podía convertirse en un trastorno si persistía después de la pubertad hasta la edad adulta.
En la psicología moderna, el narcisismo suele conceptualizarse como un rasgo de personalidad que se sitúa en un espectro: algunas personas son más narcisistas y otras menos. El narcisismo suele implicar una visión inflada de uno mismo, un sentido de superioridad y de legitimación y una falta de preocupación por los demás. Este retrato de un narcisista nos es familiar. Pero no es el único.
Grandiosidad frente a vulnerabilidad
En nuestra investigación analizamos dos tipos de narcisismo previamente identificados: grandioso y vulnerable. Los narcisistas grandiosos son arrogantes, dominantes y extrovertidos. Tienden a tener una alta autoestima, a ser audaces y asertivos y a sentirse felices y seguros de sí mismos.
Los narcisistas vulnerables, en cambio, son retraídos, neuróticos e inseguros. Suelen tener una baja autoestima, tienden a ser hipersensibles y a sentirse ansiosos y deprimidos. Sin embargo, estos dos tipos de narcisistas también tienen algo en común. Ambos son egoístas, se sienten con derecho a un trato especial y a privilegios y se relacionan con los demás de forma antagónica.
Puede reconocer los dos tipos de narcisistas por su comportamiento en situaciones sociales. Los narcisistas grandiosos son socialmente competentes. Es probable que sean dominantes y encantadores. Los narcisistas vulnerables, en cambio, son menos hábiles socialmente. Es probable que sean tímidos y ansiosos en situaciones sociales. Además, mientras que los narcisistas grandiosos son francos y asertivos a la hora de perseguir sus objetivos, buscando maximizar el éxito, los narcisistas vulnerables son tímidos y defensivos, buscando minimizar el fracaso.
En nuestra investigación, examinamos los motivos sociales y las percepciones de los narcisistas grandiosos y de los vulnerables. En particular, investigamos sus deseos de alcanzar el estatus social y la inclusión social. También examinamos si sentían que habían tenido éxito en la consecución del estatus social y la inclusión social.
El estatus social se refiere a ser respetado y admirado por los demás. Implica destacar y ser visto como una persona importante en la jerarquía social. En cambio, la inclusión social se refiere a ser querido y aceptado por los demás. Implica encajar bien con los demás como parte de la comunidad.
Cualquier persona puede tener o desear tanto el estatus como la inclusión, solo uno de los dos, o ninguno. Por ejemplo, en la serie de televisión Los Simpson, el personaje del Sr. Burns tiene un estatus alto pero no es especialmente querido ni aceptado, mientras que el personaje de Homer Simpson es muy querido y aceptado pero no tiene un estatus alto.
Realizamos dos estudios, reclutando a 676 adultos de Estados Unidos. Evaluamos sus niveles de narcisismos grandioso y vulnerable. También evaluamos el grado en que deseaban el estatus y la inclusión, así como el grado en que sentían que habían alcanzado sus objetivos.
Encontramos que tanto los narcisistas grandiosos como los vulnerables deseaban fuertemente el estatus social. Curiosamente, mientras que los narcisistas grandiosos sentían que habían conseguido este estatus, los narcisistas vulnerables sentían que no habían conseguido el estatus que merecían.
Es más, los narcisistas grandiosos no sentían que habían alcanzado la inclusión social, pero tampoco la deseaban especialmente. Por el contrario, los narcisistas vulnerables tampoco sentían que habían alcanzado la inclusión social, pero la deseaban con fuerza. Por lo tanto, los narcisistas grandiosos sienten que han alcanzado sus objetivos sociales, pero los narcisistas vulnerables, no.
Ambos tipos de narcisistas anhelan el respeto y la admiración de los demás. Pero mientras que los narcisistas grandiosos pueden ser estrellas en el escenario interpersonal, acaparando triunfalmente los focos, su contraparte vulnerable puede ser un actor secundario al acecho, buscando con resentimiento, pero sin obtenerlo, el aplauso que anhelan.
Articulista
Nikhila Mahadevan, Lecturer in Psychology, University of Essex
Fuente: The Conversation